EIJING (Agencias).— La policía china intensificó aún más su presión sobre los periodistas extranjeros, amenazándolos con una posible revocación de sus credenciales o la expulsión del país si se acercan a los lugares en los que grupos civiles han convocado para protestas inspiradas en las ocurridas en Oriente Medio.
Las advertencias revelan el nerviosismo de las autoridades ante los llamados que han surgido por internet para que la gente realice protestas cada domingo. Las convocatorias, que comenzaron hace dos semanas, han atraído a pocos manifestantes pero a muchos espectadores, muchos de ellos periodistas y un gran número de policías.
El Ministerio del Exterior de Beijing defendió ayer las restricciones más estrictas para el trabajo de corresponsales extranjeros en China, que deberán obtener el permiso de las autoridades locales antes de realizar coberturas informativas.
“No es un cambio ni un retroceso. Es sólo un paso hacia adelante”, dijo ante la prensa la portavoz del ministerio, Jiang Yu. “Las autoridades locales han dado directrices detalladas para poner en práctica las reglas”, agregó. La nueva directiva prevé que los corresponsales pregunten primero a las autoridades locales si necesitan algún permiso especial antes de informar de un tema. “El que coopera con las autoridades no debería tener problemas”, dijo.
Jiang, por otro lado, acusó a algunos periodistas de haber provocado los problemas con la policía el domingo, cuando las fuerzas del Estado reprimieron violentamente a reporteros que informaban sobre las “protestas del jazmín” en Beijing, inspiradas en las revueltas árabes.
Organismos humanitarios y defensores de las libertades civiles denunciaron ayer al gobierno de China por la violenta ofensiva que ha emprendido para impedir que periodistas extranjeros reporten posibles descontentos populares en ese país.
“La reciente ofensiva contra periodistas extranjeros que cubren potenciales protestas inspiradas en los sucesos árabes indican el miedo que el gobierno chino tiene de las protestas populares”, indicó el grupo Amnistía Internacional (AI).
Según el Club de Corresponsales de China, más de 12 reporteros —algunos de las agencias BBC, CNN, AFP y Bloomberg— fueron golpeados o detenidos el 27 de febrero por fuerzas de seguridad cuando intentaban cubrir un intento de protesta a favor de la democracia.